Galvanizado de metales
La aplicación de una película protectora de plástico sobre la superficie de la chapa de acero es la última fase del tratamiento de protección contra la corrosión. El proceso deberá comenzar con la galvanización. Normalmente, se hace mediante el zincado (galvanizado electrolítico o electrozincado). En el proceso de zincado se aplica una capa de zinc utilizando corriente eléctrica. Para ello se utiliza un baño electrolítico de zinc con dos electrodos: un ánodo (polo positivo) y las partes de acero que se recubrirán de zinc como cátodo (polo negativo), a las que se aplica corriente. El inconveniente de esta técnica es que genera residuos tóxicos.
El galvanizado en caliente es otra técnica muy habitual. Antes de comenzar, la superficie metálica se desengrasa a fondo. Seguidamente, se procede al decapado de la superficie y a otras tantas operaciones, siendo el objetivo final la eliminación total del óxido y la cal. Así se forma en la superficie del metal lo que se conoce como capa pasiva, o sea, una fina película de aleación de Fe-Zn.
El galvanizado en frío es menos común. Es el más apropiado para el metal que ya se ha utilizado en la construcción de una estructura fija.
Revestimiento de polímero
Los aceros galvanizados son de por sí muy resistentes a la corrosión. El metal podría llegar a ser casi indestructible si se utilizan materiales con la máxima inercia química. En la mayoría de los casos, se opta por el poliéster. Pero hay otro polímero, el plastisol, con el que se consigue una película más gruesa y unas mayores características de protección. En el caso del acrílico, es menos frecuente, pues su única ventaja es que es barato.
Para aplicar estos materiales sobre el acero galvanizado, lo más habitual es hacerlo con un rodillo, al igual que con la pintura convencional. Asimismo, se utilizan otras técnicas, como la inmersión en un polímero fundido o la proyección de una capa protectora por efecto electrostático.
Usos del material fabricado
Al comprar acero galvanizado revestido de polímero, podrá doblarlo sin problemas, perfilarlo y estamparlo. Así, puede emplearse para hacer tejas metálicas y demás materiales para tejados, paneles, piezas moldeadas, además de utilizarse en la industria naval e incluso para fabricar electrodomésticos. Su amplio uso es fruto de la combinación de la resistencia y la posibilidad de utilizarlo en las condiciones más adversas.
Además, las bobinas de acero galvanizado revestido de polímero pueden cortarse en tiras. Y el material que se obtiene, llamado fleje, se utiliza en la fabricación de tuberías y embalajes rígidos.