Los proyectos ambientales son de gran interés en la actualidad debido a la mayor difusión sobre temas de conciencia ambiental. Además, se tiene en cuenta que se han creado tecnologías cada vez más innovadoras, con las cuales se han llegado a disminuir notablemente los agentes contaminantes del planeta. Por consiguiente, muchos de estos proyectos se han enfocado en cómo mejorar el estado actual de diversos ecosistemas. Una de las muchas alternativas son las geomembranas.
¿Qué son las geomembranas?
Las geomembranas son consideradas como una de las mejores invenciones de comienzos de siglo, dada a la manera cómo se utilizan ciertos materiales y el diseño de sus estructuras.
Una geomembrana es una barrera protectora muy efectiva para paredes, azoteas y en diversas edificaciones. Asimismo, estas láminas geosintéticas pueden retener líquidos en espacios agrícolas y mineros. Tienen la gran ventaja de que se adaptan perfectamente a las necesidades y también a los presupuestos en cada proyecto. Incluso, tienen una prolongada vida útil y eso es gracias a su composición química.
Este material sintético que sirve de barrera puede impedir el paso de cualquier tipo de sustancia o material. Tiene una gran efectividad contra los líquidos y vapores, siendo un material con altas propiedades impermeables. Se fabrican a partir de polímeros termoplásticos, aunque también se emplean polímeros termoestables.
Tipos de geomembranas
Actualmente, hay una gran variedad de geomembranas qué se diferencian teniendo en cuenta cómo es su estructura, el acabado y los componentes. En cuanto a su estructura, encontramos dos tipologías: homogéneas y reforzadas. Asimismo, según su acabado, estas pueden ser lisas o texturizadas.
Según su composición se clasifican de la siguiente manera:
- Polietileno (HDPE, VLDPE, LLDPE): son duraderas y también tienen un bajo coste. Es destacable su amplia resistencia química, siendo una excelente opción para cubrir mayor cantidad de área. Por ello encontramos rollos de grandes dimensiones. Suele ser la más utilizada y se fabrica a partir de una resina de polietileno virgen que se caracteriza por ser flexible.
- Cloruro de polivinilo (PVC, f-PVC): se fabrica a partir de materiales que son antioxidantes y que tienen excelentes propiedades mecánicas, térmicas y químicas. Son de bajo coste y también pueden ser recicladas. Son una excelente opción para ser instaladas en espacios en donde se necesita cubrir grandes dimensiones a la intemperie.
- Polipropileno (PP, fPP, fPP-R): se fabrica con etileno propileno y polipropileno semicristalino. Es un material con una menor densidad y por ello tiene una mayor facilidad para desplegarse. Suele ser la mejor opción para quienes necesitan un material idóneo para impermeabilizar, además de que tiene gran resistencia a la intemperie.
- clorosulfonadas (CSPE-R): se fabrica a partir de caucho vulcanizado y tiene una gran estabilidad química, por lo cual no es un material que sea susceptible a la deformación de su estructura. También es resistente a las altas temperaturas y rayos UV.
- De termolímero de etileno propileno dieno (EPDM, EPDM-R): es la opción ideal para cubrir espacios a la intemperie en donde hay contacto directo con los rayos ultravioletas y a otros agentes externos. También posee gran resistencia a las condiciones de congelación y a una amplia gama de químicos.
Su uso en proyectos ambientales
Las geomembranas son muy populares actualmente y por ello son aplicadas en la mayoría de los proyectos ambientales. Hay especialistas en este tema, cuyo objetivo es sacar el mayor provecho con el uso de dicho material, así como ofrecer asesoría a quienes estén interesados en proyectos de este tipo. Es una solución ambiental, integral e ideal para espacios que se encuentran dentro de las ciudades y también en el campo.
Es común que se utilice en muros y en azoteas de las edificaciones más modernas. Ofrece una amplia gama de beneficios, en donde destacamos que al ser impermeables un recubrimiento protector es muy efectivo. Además, tienen una prolongada vida útil y es un material con un bajo riesgo contaminante.
También se usa en zonas agrícolas y mineras, siendo un material que se emplea con la finalidad de proteger zonas específicas. Por ejemplo, hectáreas de cultivos y también las zonas donde se están desarrollando proyectos de salvaguarda y restauración de los suelos.