El crecimiento constante de una empresa está determinado por diversos factores que cumplen con un propósito específico según la etapa en la que se encuentre el negocio. Los procesos de auditoría ayudan mucho a verificar la condición actual y a plantearse ideas y estrategias que promuevan un óptimo avance en los días siguientes. Las auditorías pueden ser voluntarias o forzosas como veremos a continuación.
El correcto manejo de la situación financiera y de gestión por la que atraviesa una empresa es uno de los principales puntos focales que deben tenerse para lograr su sostenimiento y crecimiento a largo plazo. Los procesos de auditoría ayudan en este sentido porque permiten detectar problemas o situaciones que están causando efectos negativos y plantear soluciones para salir de allí.
Lo ideal para poner en marcha este tipo de acciones es utilizar lo que se conoce como auditoria interna para empresas. Esta consiste en que exista un equipo de profesionales del área dentro de la empresa que se encargue de revisar y valorar todos los procesos que allí ocurran, por lo que deben ser ajenos a las operaciones regulares de la empresa.
Las auditorías voluntarias
Estas son auditorías que las empresas planifican por voluntad propia a propósito de validar y verificar que todo va por buen camino. Son auditorías muy útiles para que se tenga plena certeza del cumplimiento de las gestiones y que no exista ninguna morosidad, por ejemplo, con el pago de impuestos.
Es una decisión importante de poner en marcha porque permite tener claridad sobre todo lo que acontece en la empresa. Además, es muy útil cuando se desean presentar informes para atraer a nuevos inversores y conseguir inyecciones de capital que ayuden a que el negocio prospere.
Otro punto que es también relevante es que una auditoría voluntaria puede ser la pieza clave para tomar decisiones correctas. Por ejemplo, si una empresa espera abrir una nueva línea de producción o eliminar algunas de las que ya tienen disponibles en el mercado, una auditoría les dará el historial y la interpretación correcta de todo lo que ha ocurrido en determinado período de tiempo para así saber si es un movimiento que pueden permitirse.
Las auditorías forzosas
Las auditorías forzosas hacen referencia a aquellos procesos en los cuales es obligatorio realizar este tipo de gestión por alguna situación que haya acontecido. Por ejemplo, una auditoría puede ayudar a detectar fraudes y, en caso de tener sospechas, alguno de los socios podría avanzar con un proceso de auditoría forzosa para valorar si estas sospechas son verídicas o no.
En ambos casos, contar con la asesoría correcta es fundamental para lograr el éxito empresarial. Para quienes no quieren poner su patrimonio en riesgo, un servicio como el que ofrece Legalnet es todo lo que les hace falta, ya que tienen personal profesional y capacitado en esta materia para arrojar los resultados más favorables.
Sus principales puntos a favor se basan en que es una empresa que se ha ganado la credibilidad dentro de su sector a pulso, también trabaja con una excelente precisión y las personas que ejercen las tareas inspiran absoluta confianza.
Aunado a las gestiones relacionadas con la auditoría, son especialistas en ejecutar consultorías para empresas, ayudar a tomar decisiones con recursos tangibles sobre el riesgo de operaciones financieras y no financieras, y ayudan a tomar las decisiones operacionales que vengan al caso para potenciar el avance del negocio.
Su equipo de trabajo está formado tanto por auditores como por asesores fiscales que harán lo necesario para lograr que cualquier proyecto que caiga en sus manos obtenga los resultados más provechosos para su caso particular.
Cuando una empresa trabaja sin auditorías es como si avanzara por un túnel oscuro, coloca la confianza en que sus pies lo llevarán a la salida pero no tienen seguridad de nada y, es bien posible, que a mitad de camino descubren que la ruta no era la correcta.