A medida que se aflojan los obstáculos, los científicos de todo el mundo se involucran en una búsqueda sin precedentes de nuevas terapias y una carrera para desarrollar vacunas.
Todos los días aprendemos más sobre el virus que causa Covid-19, conocido como SARS-CoV-2, pero como muchos de nosotros nos aventuramos en el mundo, todavía hay mucho que no sabemos sobre la inmunidad a las infecciones.
Aquí hay algunas preguntas clave que debemos responder como prioridad y lo que hemos aprendido hasta ahora.
¿Quiénes corren mayor riesgo de sufrir una enfermedad grave?
Los primeros datos posteriores a varios miles de infecciones de China han identificado algunos grupos vulnerables en riesgo de síntomas graves que conducen a la muerte: las personas mayores y las personas con afecciones médicas subyacentes tienen mayor riesgo. Pero ahora tenemos una imagen más clara que muestra a más personas de las que se vieron afectadas.
Hemos visto en numerosos países que los jóvenes sin condiciones preexistentes pueden morir a causa del Covid-19, que puede causar síntomas que afectan a múltiples órganos y partes del cuerpo, desde el cerebro hasta los dedos de los pies.
La buena noticia: no todo el mundo muestra todos estos síntomas y la mayoría de las personas infectadas se recuperan bien. Pero es importante entender por qué algunas personas sanas sucumben a las infecciones. Para lograr esto, los científicos están buscando pistas en la sangre de pacientes con síntomas graves para usar como biomarcadores de alto riesgo.
Para apreciar plenamente quién está en mayor riesgo, necesitamos una mejor comprensión tanto del virus como del anfitrión.
Es demasiado pronto para hablar de diferentes cepas virales, pero los datos de secuenciación temprana identifican mutaciones que nos ayudan a construir una imagen de la distribución del virus en diferentes partes del mundo.
También podemos usar la prueba de anticuerpos para mapear quién está infectado en nuestra población. Un estudio de más de 500 trabajadores de la salud en el Reino Unido mostró que el personal de limpieza tenía una mayor incidencia de infecciones previas que los médicos que trabajan en UCI y medicina de emergencia. Estos estudios nos ayudan a comprender quién tiene mayor riesgo de infección en el trabajo.
¿Cómo afecta el Covid-19 a los niños?
Los niños son los menos afectados por Covid-19 y muestran la menor incidencia de síntomas leves o graves.
Las muertes de niños han sido extremadamente raras, pero las personas gravemente afectadas muestran signos de activación hiperinmune similar a la encontrada en la enfermedad de Kawasaki.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades ha emitido una rápida evaluación de riesgos que destacó las incertidumbres en el Covid-19 pediátrico: aún no sabemos cuántos niños pueden estar infectados y asintomáticos y, debido al retraso en los datos que lo vinculan al virus. Los estudios emergentes que utilizan pruebas de anticuerpos están comenzando a arrojar algo de luz sobre este problema.
A pesar de la rareza de los síntomas en los niños, es importante saber si han sido infectados y si pueden transmitir el virus. Esta información nos ayudará a proteger a los grupos vulnerables.
Es prácticamente difícil documentar la transmisión de niño a adulto porque los niños con infecciones leves o asintomáticas no se someten a pruebas de rutina para detectar Covid-19. Sin embargo, un estudio realizado en Alemania mostró que los niños infectados tienen una carga viral similar a la de los adultos. Si esto resulta en un virus infeccioso, los niños pueden ser tan contagiosos como los adultos.
¿Son inmunes los que se recuperaron?
El tema de la inmunidad es crucial y guiará la política sobre precauciones antivirales. La exposición previa a un patógeno generalmente conduce a la resistencia a la reinfección, pero no siempre es así.
La memoria inmunológica es cuando nuestro cuerpo recuerda una infección previa y actúa más rápido para controlarla durante encuentros posteriores, y esta es la idea detrás de la vacunación. Algunas infecciones virales se eliminan antes de que el sistema inmunológico pueda desarrollar respuestas de memoria. Otros inducen anticuerpos que hacen que futuras reinfecciones de virus similares sean más peligrosas.
La mayoría de las personas infectadas resuelven su infección por SARS-CoV-2 en dos semanas y la mayoría desarrolla anticuerpos que reconocen el virus. Entonces, ¿cómo podemos saber si se trata de una prueba de protección inmunológica?
Una pista importante provino de un estudio de Nueva York en el que los científicos encontraron poderosos anticuerpos neutralizantes en personas que se recuperaron del coronavirus sin síntomas graves. Los anticuerpos neutralizantes son los que evitan que el virus infecte nuestras células. Aunque la cantidad de anticuerpos varía, el hecho de que podamos producirlos da esperanzas de una vacuna.
La inmunidad celular también puede ofrecer protección contra la reinfección. Las células T son células inmunes que matan a las células infectadas para limitar la producción de virus y pueden generar células de memoria después de la primera exposición a un virus.
Ahora nos damos cuenta de que la mayoría de los pacientes tienen células T específicas de virus detectables y que algunas personas sanas también tienen células T específicas de virus, que podrían ser restos de una infección por otros coronavirus.
Ahora necesitamos determinar si los anticuerpos y las células T que podemos producir después de la infección son en cantidad y calidad suficientes para protegernos de la reinfección.
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Es realista ser optimista
Todavía hay muchas cosas que no sabemos sobre este coronavirus, pero aún hemos aprendido lo suficiente para ayudarnos a sacar algunas conclusiones firmes:
1) Reconocemos a los grupos vulnerables que necesitan más protección para preservar la vida, pero aún necesitamos biomarcadores que predigan el riesgo para aquellos que no están en estos grupos.
2) Disponemos de pruebas para detectar anticuerpos en niños y adultos curados, y podemos utilizar esta información para comprender qué le sucede a nuestro sistema inmunológico después de la infección con el virus.
3) Somos capaces de detectar las características de la memoria inmunológica en personas que se han recuperado, y esto es un buen augurio para el desarrollo de vacunas.
En base a esto, hay acciones que podemos tomar a corto plazo. Sabemos cómo se transmite el coronavirus de persona a persona, por lo que podemos tomar las precauciones necesarias para sentirnos seguros. Podemos inhalar directamente el virus expulsado en gotitas de un vector infectado o transferir el virus de una superficie contaminada a nuestro rostro.
Son posibles estrategias para evitar esto, incluido el distanciamiento físico y el lavado de manos con jabón. Si nos cubrimos la cara cuando estamos al aire libre, podemos limitar la dispersión de gotitas que corren el riesgo de infectar a otras personas incluso si no mostramos síntomas de la enfermedad.