La Ley de Segunda Oportunidad, conocida como LSO, puede ser la solución para salir de un estado de impago agobiante y difícil. Pero antes hay que estar bien asesorado, porque la información es vital para acogerse a este instrumento legal.
Aunque esta ley contempla exoneraciones de hasta el 100%, hay que tener claro que no se trata de un instrumento para evitar el pago de deudas, al contrario, se trata de que la deuda sea pagada, pero en mejores condiciones para el deudor. Estas exoneraciones aplican solo en algunos casos.
¿Cuáles son los beneficios más importantes?
La Ley de Segunda Oportunidad, sin duda, es un gran beneficio para los deudores, cuando se cumplen los requisitos para acogerse a ella. Los siguientes son algunos de estos beneficios:
- Bajo el amparo de la Ley de Segunda Oportunidad, la negociación se vuelve más favorable para el deudor, debido a que entra en juego otro factor. Casi siempre, acogerse a la LSO, implica un alivio para quien ostenta la deuda.
- Lo más agobiante para una persona que esté en una situación de impago, es que pueda ser sometida a demandas; también, la pueden embargar o ejecutar acciones. Al acogerse a la LSO, el deudor consigue que todos esos procedimientos se detengan, ganando tiempo.
- Los intereses de la deuda se congelan, lo que es un factor importante para conseguir el pago de la deuda, recomponerse y buscar alternativas. Este beneficio tiene una excepción, los intereses de deudas hipotecarias.
- Otro aspecto que permite ganar tiempo para el deudor es que se suspenden los pagos de la deuda contraída antes del acogimiento a la Ley.
- Los acuerdos de pago como consecuencia de la Ley de Segunda Oportunidad incluyen alargamiento de los plazos, lo que añade comodidad a los pagos, y en algunos casos, eso es lo que los hace viables.
- Las exoneraciones o quitas, pueden llegar al 100%, pero no es lo más común. Lo más frecuente es que se exonere parte de la deuda o que no se quite nada, solo que se mejoren las condiciones de pago.
- El deudor puede salir de los listados de morosos y acceder a nuevos instrumentos de financiación, si es que lo requiere.
- El proceso termina con la cancelación de la deuda, bien sea por pago, exoneración o una combinación de ambas.
¿Cuáles son los requisitos para acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad?
Los requisitos Ley Segunda Oportunidad son los siguientes:
- Ser un usuario particular o autónomo, es decir, este beneficio no está disponible para empresas o figuras jurídicas. La deuda debe estar a nombre de una persona física.
- Más de un acreedor privado. Para ampararse en la LSO, el beneficiario debe estar en una situación de impago con varios entes. Si se trata de una sola deuda, por más complicado que sea el pago, no se puede usar este recurso.
- Puede parecer obvio, pero hay que ser insolvente, es decir, se debe estar en estado de impago actual o que, por los cálculos contables, se sepa que es inminente. No se puede usar la Ley de Segunda Oportunidad para conseguir mejores condiciones de deuda, si se tiene la capacidad de pagar tal como está.
- La deuda no debe superar los 5 millones de euros. Si se debe esa cantidad, o una mayor, no se puede acoger al mecanismo. La Ley de Segunda Oportunidad no prevé límite mínimo.
- No haber rechazado un trabajo idóneo, de acuerdo con sus condiciones, en los 4 años anteriores al acogimiento a la ley.
- Otros requisitos importantes son los relacionados con no haber sido condenado por delitos económicos, tener buena fe y que, si antes la personas ya se ha acogido a esta ley, hayan pasado por lo menos 10 años.
Si consideras que cumples con los requisitos y, sobre todo, si sientes que no puedes pagar tus deudas con las condiciones actuales, consulta a un asesor especializado para que puedas acogerte a este importante instrumento financiero.