Tras la pandemia mundial, muchas economías se han visto afectadas ante esta situación, a lo que se suma que, algunas de ellas, ya venían teniendo pérdidas importantes. En Europa, esto se está notando de manera más notable, y poco a poco, se está hablando más de un nuevo concepto, la estanflación.
La economía de un país puede verse afectada negativamente por numerosos motivos, si bien es cierto, en los últimos años, muchas regiones han experimentado un retroceso financiero debido a una causa común, la pandemia. La crisis del Coronavirus no solo ha sido sanitaria, también económica, sabiendo que algunos países ya tenían cierto déficit.
En base al nuevo escenario planteado, parece que en Europa, el impacto económico negativo ha irrumpido con más fuerza y, poco a poco, se ha puesto de moda un nuevo término desconocido para muchos, se trata de la estanflación.
Para saber que es la estanflacion, hay que decir que se define como la situación financiera que presenta un país, donde se combina el estancamiento económico con la inflación, es decir, esta situación se produce en el momento que la economía de un país se estanca y, de manera paralela, se encarece el coste de vida a causa de la inflación, y en consecuencia, se empobrece el país.
¿Qué está ocurriendo en Europa?
Tal y como adelantaba el Banco Mundial, la zona euro en la actualidad, es la que presenta mayor estanflación de todo el planeta, a pesar de que en algunas zonas, el PIB se ha elevado este año en un 2,5%. Si bien, la pandemia y la guerra Ucrania-Rusia ha provocado que muchos de los grandes países europeos tengan un serio riesgo de empobrecimiento.
La situación de Francia
En el caso de Francia, el PIB se ha estancado de manera inesperada durante el primer trimestre del año, alejándose de las previsiones que se hicieron en base a los datos previos constatados. Aquí hay que hablar de factores como el aumento del coste de la energía o que la cadena de suministro ha empeorado, a causa de la guerra entre Ucrania y Rusia. A todo ello hay que sumar que el comercio neto apenas ha contribuido a la economía del país.
Este escenario ha hecho que, ahora, Francia se encuentre en situación de estanflación, sabiendo que su tasa anual de inflación ha aumentado en casi un 5% en los últimos meses, teniendo en cuenta que esta subida se ha notado más en los precios del sector de los servicios, así como de los bienes manufacturados y la alimentación, sin olvidar los costes de la energía.
El caso de Alemania
Por su parte, en Alemania se ha notado una notable subida en los precios de importación, superando el 31% interanual en el primer trimestre. Esto se ve reflejado por el impacto de la guerra, a lo que se añade que el coste de la energía se ha disparado hasta más del 160% y los del gas natural en un 304%.
También, estas subidas se pueden ver en Alemania, en los precios de los productos que se extraen del petróleo, así como en el propio petróleo crudo. De igual modo, la electricidad asciende de forma importante al 440%, a lo que se añaden los altos costes de productos como el aluminio bruto, los plásticos, fertilizantes, acero y las ferroaleaciones.
Por su parte, los bienes de consumo han llegado a más del 10%, casi un 7% más tienen los precios de los bienes duraderos, y los productos agrícolas llegan a rozar el 24%.
¿Qué pasa con España?
El PIB en España sigue muy estancado, siendo un país que no es capaz de remontar esta situación y que no llega a las cifras que se alcanzaron en 2019. La deuda sigue en aumento, sabiendo que en la mayoría de administraciones públicas se ha subido hasta un 20%.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el déficit público en España se sitúa en el 5% del PIB, pudiendo aminorar un poco en 2023, donde las previsiones lo estiman en algo más de un 4%. No obstante, estas cifras seguirán estando muy alejadas de las que se tenían en la época prepandemia.