Todos en algún momento pasamos por un momento concreto en el que necesitamos un empujón económico para salvar alguna situación. Algunas veces podemos recurrir a la buena voluntad de algún amigo o familiar que tiene la solvencia suficiente como para poder brindarnos esa ayuda. Sin embargo, lo más normal en estos casos es recurrir a fuentes de financiación ajenas a nuestro círculo, como las entidades bancarias. Un préstamo o un crédito suelen ser la solución a estos apuros. En el caso de que nuestro objetivo sea comprar una vivienda, una hipoteca es lo pertinente. En cualquier caso, debemos conseguir un ingreso extra.
Otra forma eficaz de conseguir esta inyección de liquidez, aunque quizá menos convencional, son los empeños. Gracias a ellos podemos conseguir ese dinero que nos faltaba con buenas condiciones y mayores facilidades en general que las que encontramos en los préstamos y créditos de las financieras convencionales. Conviene, pues, ahondar un poco más en su funcionamiento para comprender hasta dónde llegan las posibilidades de esta alternativa.
¿Qué son los empeños?
El empeño es una práctica alternativa a la que los usuarios recurren para conseguir un monto económico extra. Aunque aparentemente se trata de lo mismo que un préstamo personal o un crédito bancario, en este caso existe una reciprocidad entre quien solicita y quien concede, que en este caso será la empresa en cuestión. El solicitante entrega a la empresa prestamista algún objeto o producto con un valor determinado que pasará a ser de su posesión durante un tiempo determinado. En función del valor del producto que el usuario empeñe, la cuantía que se recibirá en préstamo será mayor o menor.
En definitiva, el empeño es un método alternativo para conseguir ese ingreso extra en el que tanto el solicitante como el prestamista entregan y reciben.
Así funcionan los empeños
No cabe duda de que empeñar algún producto no es especialmente complejo, pero no por ello debemos efectuar un empeño a la ligera. Siempre es bueno revisar ciertas consideraciones que nos permitirán hacer una operación fructífera y que no se vuelva en nuestra contra a largo plazo.
Siempre debemos comenzar por echar cuentas precisas y calibrar cuánto dinero necesitaremos. Sólo así podremos seleccionar un producto adecuado con el que nos aseguremos de que recibiremos la cantidad necesaria, ni más ni menos.
Tras esto, lo siguiente es llevar el producto al prestamista y tasar con él aquello que vamos a empeñar. Es recomendable informarse bien del precio actual de cada producto antes de tasarlo, ya que las empresas suelen valorar a la baja cuando el dueño no conoce el valor real de su producto.
Llega el momento de firmar el contrato de empeño, así que debemos estar atentos. La empresa debe darnos con claridad toda la información acerca del plazo de devolución del dinero, intereses, penalizaciones por demora, penalizaciones por devolución anticipada, etc. No obstante, las casas de empeño suelen tener condiciones más flexibles y cómodas que las entidades financieras.
Por último, y no menos importante, debemos tener muy claro que somos capaces de devolver el dinero, ya que de lo contrario no sólo podrán reclamarnos judicialmente la deuda, sino que el producto empeñado pasará a ser propiedad de la empresa definitivamente. Si no estamos seguros de poder reintegrar la cifra total en las condiciones acordadas, entonces lo más recomendable es no efectuar el empeño o, al menos, empeñar algún producto valioso que no nos importe perder. Sería como una venta.
Condiciones para empeñar un auto
Aunque los empeños suelen tener en general condiciones parecidas, es cierto que algunos productos de más envergadura, como los vehículos, los equipos informáticos o el mobiliario cuentan con ciertas precisiones que deben estar en regla. En esta ocasión pondremos el foco sobre los requisitos para empeñar un auto, que es uno de los productos más rentables en la práctica del empeño.
Mayoría de edad
Este es el primer requisito indispensable que debemos cumplir si queremos ganar dinero con nuestro auto mediante un empeño. La tarjeta de identidad será suficiente para probarlo.
Propiedad del solicitante
Cómo no, un auto sólo puede ser empeñado por una persona que pueda demostrar ser la dueña del vehículo en cuestión. De este modo se evita el tráfico de vehículos robados. La ficha técnica del auto, los recibos de compra o el contrato con el concesionario son algunos de los documentos que la empresa prestamista puede solicitarnos para demostrar esta información.
Edad máxima
Otra de las condiciones que un coche debe cumplir para que pueda ser empeñado es no superar la edad de 12 años. Para ello será necesario aportar la ficha técnica del vehículo y el documento de primera matriculación, que podemos solicitar en la administración de tráfico o en el registro vehicular.
Como vemos, ni siquiera son demasiados los requisitos que se piden, pero sí debemos tenerlos todos en regla para poder completar el proceso de empeño