Es esencial que fluya la comunicación dentro de una compañía porque ayuda a resolver conflictos y a fidelizar a los trabajadores
Los propios protocolos de Prevención de Riesgos Laborales ya han detectado que es importante medir la salud mental y apostar por el bienestar personal de los trabajadores. En ese caso, sí que se estaría cumpliendo con todos los preceptos y parámetros de esos protocolos.
No obstante, para su elaboración, lo primordial es conocer qué clima laboral existe en la empresa y qué aportaciones tiene para disponer la propia plantilla. Sin duda, el tema de la interacción dentro del sector empresarial ha cambiado mucho en las dos últimas décadas y cada vez existe más fluidez y más participación.
Porque está claro que la comunicación interna de las empresas ha experimentado una gran evolución. Ahora forma parte de las herramientas con las que se trazan los proyectos, se mejora la competitividad y, sobre todo, se detecta la eficiencia de la plantilla.
Desde luego, la aplicación de nuevas tecnologías ha tenido mucho que ver con ello. Gracias a la puesta en valor de software que son capaces de transmitir información, crear canales directos de contactos, generar encuestas de satisfacción y, en definitiva, evaluar de manera continua cualquier parámetro empresarial; ha podido surgir una nueva forma de entender la comunicación interna.
Cualquier compañía mediana y grande tiene un amplio abanico de posibilidades y de aplicaciones escalables para aplicarlas en su compañía, recoger datos, hacer análisis e implementar medidas que mejoren la productividad a través de la comunicación interna. Se abre, por tanto, una forma de robustecer el clima laboral, optimizar recursos y producir con mayor y mejores resultados.
La importancia de medir el clima laboral en una compañía
Es obvio que la energía con la que un trabajador acude a su puesto laboral influye en su capacidad para ser productivo y generar la riqueza que busca la compañía de cada uno de sus profesionales. En este caso, tener parámetros que sepan medir de manera continuada, el clima laboral servirá a las compañías para reconducir situaciones, establecer medidas o subsanar errores de forma sencilla y directa.
En otras ocasiones es más complicado establecer esas medidas, porque los trabajadores no encuentran la forma de hacer llegar sus insatisfacciones a los superiores o estos no saben gestionarla. Pero gracias a las aplicaciones informáticas esto se facilita, se detecta con más facilidad y, por ende, se generan conclusiones más adecuadas y consensuadas.
Medir el clima laboral enseñará a los departamentos de RR.HH. a conocer la productividad de cada puesto, mejorar el reparto de tareas, aliviar áreas que están más saturadas y, en definitiva, equilibrar fácilmente los proyectos y eso es muy positivo.
Ayudar a que los trabajadores estén más cómodos
Todos los datos anteriores hacen posible conocer la satisfacción laboral de la plantilla, lo que puede derivar en la implementación de medidas de convivencia, de dinámicas de grupo y de poner en común soluciones. En este caso, la pertenencia al grupo derivará en mayor productividad, en un ambiente laboral eficiente y atractivo. Por tanto, todo se revertirá en beneficios para la empresa. También establecer aquí protocolos de conciliación laboral y flexibilidad, sin que influya en la productividad, vendrá bien a empleados y empresarios.
Gracias a estas aplicaciones es posible calcular los porcentajes exactos para equilibrar entre todas las partes. También hacer que los trabajadores se relacionen es fundamental. Empatizar y mejorar en común.
Mejorar a través de las sugerencias
Una empresa nunca debe cerrarse a la crítica. Por eso, establecer un canal de denuncias para empresas que guarde el anonimato de sus usuarios podrá mostrar debilidades y amenazas que serían imposible, por el ritmo del trabajo, de detectarlas. Es una buena forma de que la plantilla o las empresas cliente puedan dar su opinión, sin sentirse señaladas, de forma interna y con el propósito de mejorar.
Esta última herramienta es, sin duda, una gran fórmula para hallar soluciones que, a veces, no se detectan a simple vista por su nimiedad, pero que a la larga merma a la compañía. De ahí su gran utilidad.
En definitiva, la gran evolución que ha experimentado la comunicación interna en las empresas ha ido enfocada a convertirla en una fórmula para mejorar, superarse y empoderar su productividad.