El jamón es uno de los alimentos de mayor potencial de la gastronomía española, un producto estrella que ha cruzado nuestras fronteras para llegar a cientos de países. Por eso, si tenemos la suerte de residir en España, es poco menos que una responsabilidad llevar este manjar de vez en cuando a nuestras bocas. Ahora bien, ¿qué convierte a un jamón en uno de alta calidad? Saber identificar aquellas piezas que efectivamente merecen nuestro dinero, respecto de aquellas que gozan de mediocridad, es fundamental; y, por suerte, hay varias formas de hacerlo sin margen de error alguno.
Grandes referentes en la fabricación de jamones
El primer aspecto que debemos tener en cuenta a la hora de comprar un jamón, es analizar al fabricante. En España, contamos con los mejores productores del mundo, y un buen ejemplo de ello es Ceballos Maya, un auténtico referente de este tipo de productos, así como de los embutidos ibéricos, que vio la luz en 1950, y después de más de 70 años sigue volcando la tradición familiar en sus procesos de elaboración.
Miguel Ceballos fue el fundador de esta empresa y, ahora que sus nietos están a los mandos, se respeta la producción artesanal en cada pata de jamón. Ceballos Maya trabaja con las mejores materias primas, garantizando que los cerdos han gozado de una vida en perfectas condiciones, criados en grandes espacios y con alimentación ejemplar, por lo que se garantiza que, tanto sabor como textura, son de primer nivel.
Sus instalaciones cuentan con todas las condiciones óptimas para la maduración del jamón, un proceso que dura más de 36 meses. Porque para que cada corte pueda gozar de todo su potencial, es necesario el paso del tiempo durante la curación, algo que Ceballos Maya lleva al mayor grado de excelencia, pieza a pieza.
Cuáles son los etiquetados del jamón
Otra guía que debemos tener en cuenta son las etiquetas jamon, unas pegatinas que sirven para determinar la calidad de la pieza según un Real Decreto ley. De este modo, se garantiza la transparencia comercial, para que elijamos con absoluto conocimiento de causa aquello que queremos consumir en cada caso.
La de más alta calidad es la etiqueta negra, considerada la insignia del rey de los jamones ibéricos. Para recibirla, el cerdo debe ser 100% ibérico y gozar de las mejores condiciones de alimentación y crianza. También encontramos la etiqueta roja, cuyos cerdos tienen madres 100% ibéricas y padres de al menos un 50% raza ibérica. A pesar de su alimentación mixta, son animales que deben criarse en campo abierto.
El jamón etiqueta verde sigue siendo uno de los mejores del mundo, proveniente de cerdos de un 50% de raza ibérica y criados en grandes campos. Por último, encontramos la etiqueta blanca, siendo el más vendido a causa de su precio. Los cerdos pueden ser mestizos, pero se debe respetar un 50% de raza ibérica y pueden haberse criado en granjas.
Promociones de jamones que no prescinden de la calidad
Cabría pensar que cualquier jamón que no tenga etiqueta, puede estar lejos de satisfacer nuestras expectativas cuando hablamos de un producto de estas características, sin embargo, esto no tiene por qué ser así. Ciertas tiendas disponen de una buena oferta de jamones sin norma, con una calidad excelente, incluso similar a los que sí presentan etiqueta.
Esto se debe a que muchos productores, por ahorrar en inspecciones, optan por prescindir del etiquetado. No obstante, esto no quita que no puedan llegar a ser categorizados con alguna de ellas, sobre todo con la etiqueta blanca. Por consiguiente, lo mejor es que eches un vistazo a aquellos vendedores que se hayan ganado el reconocimiento comercial dentro del sector.
El precio suele ser un buen indicativo de la calidad, pero no es el único. Fíate de los mejores expertos y podrás dar con sorprendentes ofertas, ahorrando ingentes cantidades de dinero sin prescindir de esta experiencia tan gratificante para el paladar. Ahora bien, si lo que buscas es lujo y seguridad, entonces sí, quédate con el jamón de etiqueta negra.