Cuando un proyecto arquitectónico se adapta al medio y al clima donde está ubicado, se aprovechan los recursos naturales y se autogestiona energéticamente se está apostando por una arquitectura sostenible que ayuda a construir un mundo mejor
Cuando una persona decide construir una vivienda desde cero, construir un edificio o una Administración Pública, lo mejor es acudir a profesionales que sepan adaptar el proyecto, lo máximo posible, al entorno, al clima y a los materiales más sostenibles y duraderos. Ese mimetismo consigue, en la mayor parte de los casos, que esas edificaciones sean resistentes y mucho más integradas en su entorno natural.
Sin embargo, lo más adecuado desde el comienzo es contar con la profesionalización de un buen estudio de arquitectura sostenible, ya que los profesionales multidisciplinares implicados conocen los objetivos y trabajarán en su conjunto para conseguir llevarlos a buen puerto.
Pero, ¿qué es la arquitectura sostenible? En esencia, se trata de esa rama que se empeña en integrar en el entorno cada proyecto, que piensa en las necesidades climáticas del edificio según las características de la zona donde se ubique, así como que tiene un especial interés en que, energéticamente, sean lo más autosuficientes posible.
Por eso, cuando se contrata a este tipo de arquitectos no solo se encargará de elegir la mejor estructura, sino de garantizar que esa estructura cumpla con otros requisitos más globales e integradores con el entorno. Porque una construccion sostenible, a mediano y largo plazo, es mucho más duradera, conlleva muchos menos gastos y es también más saludable y equilibrada que las que no están ejecutadas bajo estos parámetros.
La importancia del clima a la hora de construir
Es evidente que el clima identificará gran parte de las consecuencias que debe tener un proyecto enmarcado dentro de la arquitectura sostenible, ya que no es lo mismo hacer un edificio en una zona lluviosa, húmeda y con pocas horas de sol, que uno donde el estío sea muy acusado, las lluvias escasas y el sol luzca la mayor parte el año.
En ese sentido, la arquitectura bioclimatica lo que intenta, en cada caso, es hacer valer las bondades de cada clima a favor del edificio que están proyectando. Está claro que en un lugar donde abunda la lluvia es muy asequible el hecho de que se pueda canalizar esa agua para aprovecharse, que las plantas que se instalen, las zonas ajardinadas, incluso las piscinas puedan servirse de ese recurso. Por otro lado, en las zonas más cálidas, aprovechar el sol para generar energía limpia, para que la luz natural juegue a favor de las estancias y tener que usar lo menos posible la artificial y generar corrientes de aire favorables para una ventilación natural son retos a conseguir.
Generación de energía limpia en edificios poco eficientes
La arquitectura sostenible sirve también para proceder a proyectos que buscan alcanzar una óptima rehabilitacion energetica de edificios. Con sus conocimientos lo que hacen es aplicar, en cada caso, aquellas técnicas que recuperan los espacio y los hacen sostenibles. Gracias a: las intervenciones integrales de los edificios, los materiales con los que se recubren las fachadas, los nuevos vanos que ayuden a la entrada de luz natural, la climatización del edificio, así como la generación de energías limpias y renovables a través de los recursos naturales que existen en el entorno hacen viviendas energéticamente sostenibles.
En definitiva, los arquitectos sostenibles como Antonio Torres buscan, en todo caso, ayudar a los clientes a conseguir proyectos que, a la postre, sean más fáciles de mantener, menos costosos y que esa optimización repercuta en positivo tanto en el bolsillo de estos, como en la mejora del medio ambiente. Todas estas razones ayudan, también, a que se reutilicen materiales, a elegir los más adecuados y a sacar, el máximo rendimiento, a las bondades que el propio entorno ofrece.