La gran mayoría de personas, en algún momento de nuestras vidas, nos vemos en la necesidad de tener que solicitar un préstamo a nuestro banco, ya sea para comprar una casa, un coche, unas vacaciones, reformar nuestra vivienda o para solucionar una urgencia económica.
Con múltiples opciones disponibles en el mercado, quizá demasiadas, es importante asegurarse de escoger el préstamo adecuado en función de nuestras necesidades, que pueda ayudarnos a cumplir con nuestros objetivos económicos y a mantener nuestra estabilidad económica a medio – largo plazo.
Conscientes del desconocimiento existente, en este post vamos a resolver las dudas más habituales al solicitar un préstamo, explicando las diferencias entre los diferentes productos financieros disponibles y los beneficios que ofrece cada uno, con el objetivo de ayudarte a contratar el que mejor se ajuste tanto a tus necesidades como a tu perfil financiero.
Tipos de préstamos: diferencias que debes conocer
Préstamos personales
Los préstamos personales son una buena solución cuando necesitamos capital para afrontar gastos personales o una urgencia económica, como podría ser la reparación del coche, unas vacaciones o cancelar una deuda.
Por lo general, este tipo de préstamos son más flexibles y no suelen necesitar un aval, ya que suelen proporcionar cantidades no demasiado elevadas, por lo que no tendrás que poner en riesgo ningún bien.
En cambio, se caracterizan por tener tipos de interés más elevado respecto a otras opciones a raíz de las faltas de garantías.
Aunque puede variar, los préstamos personales pueden tener una duración desde unos pocos meses hasta varios años, teniendo que afrontar una serie de cuotas periódicas que podrás elegir en función de tu capacidad financiera.
Préstamos hipotecarios
Los préstamos hipotecarios están destinados a financiar la compra de una vivienda u otro tipo de inmueble, y cuentan con una serie de características particulares, como un plazo de devolución de hasta 30 años.
Otra de las características del préstamo hipotecario es que tiene un tipo de interés que puede ser fijo, mixto o variable, siendo este uno de los aspectos más a tener en cuenta.
El interés fijo ofrece una mayor estabilidad, puesto que las cuotas no varían a lo largo de todo el préstamo, sabiendo la cuota que cada mes vas a recibir en tu cuenta bancaria, lo que te permite organizarte económicamente para poder realizar el pago, sumando esta cuota a tus pagos periódicos.
En cambio, el interés variable está sujeto a las posibles fluctuaciones que experimente el mercado, por lo que las cuotas pueden ser más bajas o más elevadas con el paso del tiempo, dificultando así la planificación.
El tipo de interés de las hipotecas mixtas sería una mezcla de ambas opciones, que se utilizarían alternativamente en diferentes tramos temporales del préstamo, según las condiciones contractuales.
Por otro lado, también hay que destacar que los préstamos hipotecarios suelen tener unas condiciones de solvencia más estrictas, así como incluir diferentes comisiones, como las de apertura o cancelación anticipada, que hay que tener en cuenta antes de contratar un préstamo u otro.
Préstamos para proyectos específicos
Los préstamos para proyectos específicos son los más utilizados para comprar un coche nuevo o afrontar una reforma en el hogar, caracterizándose porque la entidad financiera encargada de dar el préstamo, lo adapta a las necesidades específicas del proyecto que se vaya a realizar, ajustando tanto el plazo como las condiciones.
Este tipo de préstamos suelen ofrecer unas condiciones más ventajosas, con plazos más cortos que los de un préstamo hipotecario y tipos de interés más favorables que los de un préstamo personal.
Aun así, hay que revisar aspectos como las opciones de financiación a través de la tarjeta de crédito sin cambiar de banco o las comisiones, para asegurarte de escoger una opción cómoda y flexible.
La importancia de recibir asesoramiento financiero
Dado que se trata de un paso muy importante, es altamente recomendable contar con asesoramiento financiero, donde te ayudarán a encontrar el préstamo que mejor se ajuste a tus necesidades y que no suponga ningún problema financiero a largo plazo.
Un asesor financiero se encargará de analizar tu situación económica y comparar diferentes préstamos, teniendo en cuenta factores importantes como la duración, el tipo de interés, las cuotas periódicas, las comisiones o la flexibilidad.
Así mismo, antes de dar el paso, también es aconsejable utilizar un simulador de préstamos online, con el objetivo de calcular las cuotas en función de la cantidad que hayas solicitado, el plazo de devolución y el tipo de interés. De esta forma, podrás comprar diferentes préstamos y te resultará más sencillo encontrar el más adecuado según tu perfil financiero.
Además, los simuladores te permiten jugar con diferentes escenarios, dándote la posibilidad de cambiar el tipo de interés o la duración del préstamo.
En definitiva, acertar con el préstamo es algo fundamental que incidirá directamente en tu situación financiera a corto y largo plazo, siendo importante conocer los diferentes productos financieros disponibles en el mercado, así como las características, ventajas e inconvenientes que ofrece cada uno de ellos.