Un presunto coche bomba del Nuevo IRA que explotó frente a un tribunal de Londonderry el sábado generó una condena generalizada y se teme que pueda ser el preludio de una renovada violencia en Irlanda del Norte después del Brexit.
El Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI) dice que al menos dos hombres armados secuestraron un coche de reparto de pizzas y colocaron una bomba en él, que luego fue conducida al lugar antes de ser detonada.
El Belfast Telegraph informa que «se hizo una llamada telefónica de advertencia de bomba a los samaritanos de West Midlands, quienes luego notificaron a la policía de West Midlands, quien a su vez pasó la información al PSNI».
El PSNI logró evacuar los alrededores a los 30 minutos de haber dejado el coche fuera del juzgado. Se cree que nadie resultó herido en el ataque.
El subjefe de policía Mark Hamilton confirmó que dos hombres de unos 20 años habían sido arrestados en relación con el atentado. Dijo a los periodistas: “Para esta investigación, nuestra principal línea de investigación es contra el ‘Nuevo IRA’. El Nuevo IRA, como la mayoría de los grupos republicanos disidentes en Irlanda del Norte, es pequeño, en gran medida no representativo y simplemente está decidido a llevar a la gente a regresar a donde no quieren estar».
El Nuevo IRA se formó en 2012 después de que varios grupos republicanos disidentes afirmaran que se estaban uniendo bajo un solo liderazgo.
El ataque fue condenado por políticos de todo el espectro político. Gary Middleton, ex teniente de alcalde de Londonderry por el Partido Unionista Democrático, describió el incidente como un «acto de terrorismo vergonzoso» y «un retroceso».
El Sinn Fein, antiguo ala política del Ejército Nacionalista Republicano Irlandés, también condenó el atentado, y el parlamentario Elisha McCallion dijo que «conmocionó a la comunidad local».
Nic Robertson, editor diplomático internacional de CNN tuiteó La explosión alcanzó un «nivel de violencia que no se había visto aquí en años».
CNN informa que «el bombardeo generó temores de que la violencia sectaria pudiera resurgir en Irlanda del Norte, dividida sobre si seguir siendo parte del Reino Unido o convertirse en parte de Irlanda».
El Acuerdo del Viernes Santo firmado en 1998 puso fin a casi 30 años de conflicto entre protestantes leales y republicanos católicos, en el que murieron más de 3.500 personas.
Desde entonces, el país ha dado grandes pasos hacia la reconciliación, pero aumentan los temores de que el regreso de una frontera física norte-sur después del Brexit pueda generar una nueva violencia. La policía tanto de Irlanda del Norte como de la República de Irlanda ha advertido que el regreso a una frontera dura, con controles aduaneros y de otro tipo, podría ser un objetivo para los grupos militantes.
Reuters informa que el Nuevo IRA, uno de los pocos grupos militantes opuestos al acuerdo de paz del Viernes Santo, ha llevado a cabo «ataques esporádicos en los últimos años». El último fue en 2016, cuando un funcionario de prisiones murió después de que una bomba explotara debajo de su camioneta en Belfast.
En julio pasado, las tensiones volvieron a estallar cuando la policía y los bomberos fueron atacados durante varias noches con bombas molotov y cohetes por jóvenes católicos en la zona de Bogside, en Londonderry.