El internet por fibra óptica es una de las soluciones domésticas de conectividad más buscadas en la actualidad. Sin embargo, aún hoy surgen muchas dudas para quienes quieren contratar un servicio y saber de antemano que será todo lo bueno que se espera.
Hay en la actualidad un montón de alternativas para cuando se busca contratar un servicio de fibra para internet. No importa si es para la empresa o para el hogar, si se buscan servicios adicionales o se quiere pescar una promoción; las alternativas pueden llegar a ser abrumadoras en cuanto a cantidad. Eso no quiere decir, desde luego, que la calidad sea similar en cada una de ellas, por lo que hacer esa diferenciación es clave para encontrar el proveedor, el plan o la tarifa que realmente se necesita.
El precio y todo lo que le acompaña
Bien es sabido que la mayoría de las empresas del sector se anuncian utilizando los precios de sus planes más populares. Lo colocan con colores y tamaños rimbombantes, para así dejar de lado otras tantas cosas que pueden ser incluso más importantes.
Por ejemplo, el hecho de si se trata de una fibra sin permanencia o si es necesario cumplir con ese periodo en el que no se puede cancelar el servicio, ni disminuir su plan por otro más barato. Lo mejor, salvo que se esté muy seguro de la calidad y del precio ofrecidos, es optar por fibra sin permanencia.
Otra cosa que acompaña al precio son las promociones por tiempo limitado. Después de ese periodo, es posible que las tarifas aumenten radicalmente y no valgan tanto la pena. Es necesario diferenciar esto del precio real que se cobrará mes a mes de cara al futuro.
¿Incluyen todo?
Algunos proveedores hacen hincapié en dejarle todo fácil a los clientes. Por ende, pueden incluir la instalación de todo, desde cableado hasta enrutadores, mientras que otros proveedores cobran esto por separado. Vale la pena consultar antes para no llevarse sorpresas desagradables.
La velocidad contratada
La velocidad de la fibra óptica de internet que se contrate estará directamente relacionada con el precio que se pagará mensualmente. A más velocidad, más precio, pero normalmente nunca será necesario contratar el plan más costoso.
Para fines básicos de entretenimiento e información, una velocidad de entre 100 Mb y 300 Mb será suficiente. Para quienes se animan casualmente al streaming o al gaming, subir hasta los 600 Mb puede ser recomendable, igual para los que teletrabajan y priorizan la velocidad de las conexiones para hacer bien su labor.
Aunque hay hasta 1 Gb de velocidad en la actualidad, es costosa y casi nunca será necesaria en entornos domésticos.
Servicios adicionales
La competitividad del sector de las telecomunicaciones en el país ha permitido que cada una de las tantas operadoras intente diferenciarse del resto, adaptando su propuesta de servicios a los clientes que consideran su objetivo.
Por eso, una vez se han solventado todas las dudas anteriores, puede ser beneficioso considerar los servicios adicionales que estas empresas tienen. Por ejemplo, pudiera ser la combinación con servicios de telefonía móvil, la oferta de televisión por IP, las llamadas o datos ilimitados para el cliente que contrata fibra óptica, o también la posibilidad de acceder a planes o canales exclusivos de streaming, para que no tenga que pagar suscripciones adicionales a estas plataformas.
Si bien no es lo principal en lo que se debe enfocar la búsqueda, todo lo que termine añadiéndose y no suponga más que un beneficio para el usuario, debería ser considerado como ese valor añadido que diferencia a las empresas.
Lo cierto del caso es que se trata de un sector muy dinámico, donde lo que hoy era ventajoso y rentable mañana podría dejar de serlo tranquilamente. En ese sentido, encontrar proveedores sin permanencia es la mejor manera de siempre mantenerse del lado ganador, aprovechando la batalla y la competitividad entre las operadoras.