La pérdida de energía y la sensación de cansancio pueden responder a una gran variedad de factores. La exposición a contextos estresantes, un ritmo de vida frenético o cualquier tipo de deficiencia de vitaminas y nutrientes pueden ser algunas de las causas más comunes. De percibir una sensación de fatiga de forma recurrente lo más recomendable es recurrir a nuestro médico para descartar la presencia de afecciones o dolencias relativamente graves. Para poder paliar o minimizar este tipo de síntomas resulta imprescindible cuidar nuestros hábitos de alimentación y adoptar hábitos nutricionales saludables sirviéndonos de productos especializados mediante una parafarmacia online así como prestar especial cuidado a nuestro descanso.
A continuación, hacemos un análisis más preciso sobre cuáles son las principales vitaminas para el cansancio. ¡Toma nota!
Vitamina B12
También conocida como cobalamina, su función principal constitute en transformar los carbohidratos en glucosa para, de este modo, extraer la energía de los alimentos que consumimos. Una carencia de vitamina B12 se manifiesta en forma de síntomas como la dificultad para respirar, el cansancio o, incluso, la diarrea.
Su aporte a los procesos orgánicos que se desarrollan diariamente en nuestro organismo la convierte en una de las vitaminas más importantes del complejo B siendo el cobalto uno de sus componentes más esenciales debido a su aportación en los procesos de producción de glóbulos rojos.
Vitamina D
Entre sus principales potencialidades se encuentran la capacidad para agilizar el metabolismo pero, también, la asimilación de calcio o fósforo. Su escasez puede dar paso a una sintomatología que incluye cansancio, desestabilización de los ritmos de sueño, debilitamiento del sistema inmunitario o aparición de fatiga. Su presencia está muy extendida en una gran variedad de alimentos. Entre ellos, los pescados azules, el huevo o el marisco. No obstante, también es posible de obtener en suplementos vitamínicos a través de establecimientos especializados.
Vitamina C
Está comúnmente asociada al fortalecimiento del sistema inmunológico, pero más allá de ello, también actúa como un inhibidor del cansancio porque, de forma indirecta, minimiza la segregación de cortisol, responsable de cuadros emocionales poco saludables como el estrés y reductor de la producción de energía. La Vitamina C no sólo contribuye a una relajación del sistema nervioso, sino que también aporta energía y resistencia.
El consumo de aproximadamente 500 mg de Vitamina C puede ayudar a paliar el cansancio, así como a incrementar los recursos de nuestro sistema inmunológico para luchar contra agentes externos potencialmente perjudiciales. Podemos encontrarla en una gran variedad de alimentos, desde frutas cítricas hasta legumbres o vegetales de hoja verde aunque, por supuesto, también está presente en una amplia cantidad de suplementos vitamínicos.
Suplementos: Jalea real
Aunque las vitaminas que hemos analizado en los epígrafes anteriores constituyen grandes fuentes de energía, lo cierto es que también podemos acceder a otros recursos naturales en forma de complemento que favorecen nuestro bienestar generalizado. La jalea real constituye, sin duda, uno de los más popularizados y su consumo está orientado a todo tipo de usuarios con independencia de su edad.
Se trata de un elemento producido de forma natural por las abejas y aunque aglutina una gran variedad de beneficios para nuestra salud, hay uno que destaca de forma especial: Su efecto energizante. Su consumo puede repercutir de forma muy positiva en nuestro estado de salud debido a su efecto se manifiesta de forma directa sobre el sistema nervioso. Si percibes una disminución de energía y sientes una mayor propensión al cansancio o la debilidad, consulta con un profesional especializado en el segmento de la salud si en tu caso sería recomendable consumir jalea real de forma diaria y en qué dosificaciones, notarás la diferencia.