A pesar de que el porcentaje de divorcios está subiendo de manera considerable en los últimos años, vistos los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística, no es menos cierto que las parejas que deciden romper el matrimonio, cada vez tienden más al mutuo acuerdo, evitando contenciosos absurdos. Para ello, la asesoría jurídica de un buen abogado será vital ante un hecho tan trascendental
En 2021, hubo un aumento en el número de divorcios en España respecto al año anterior, concretamente, un 12,5% más de parejas decidieron poner fin a su relación matrimonial. Esto denota, por ende, una tendencia hacia nuevos modelos de familia y relaciones que trascienden más allá de esa decisión, porque no siempre es fácil liquidar un matrimonio, de manera que también existe la posibilidad de que haya desavenencias y situaciones emocionales adversas, que no llevan a los cónyuges a una ruptura pacífica y acordada. En este caso, la intermediación de un abogado o un bufete experto en estos asuntos, será de gran ayuda.
Independientemente de la región, existen empleados del derecho con mucha experiencia y solvencia en casos de separaciones. También, un divorcio en Vic, o en cualquier ciudad y municipio de España, necesita la intermediación de un abogado, por esa razón, elegir al profesional más experimentado será la mejor de las opciones. Por regla general, cuando el divorcio se hace por mutuo acuerdo, el abogado es el mismo, pero puede darse el caso contrario; en esa situación, llegar a los mejores puntos de encuentro será lo más beneficioso, pues, cuantos mayores acuerdos alcancen ambos cónyuges, menos cuestiones tendrá que dirimir un juez en caso de llegar al divorcio contencioso.
Especialmente, lo que más complica un divorcio es el uso de la vivienda familiar, el marco regulador de los hijos menores, las compensaciones y la manutención. Por todo ello, los abogados recomiendan siempre llegar al acuerdo, porque será lo menos traumático y lo más deseable, especialmente para los hijos menores, que deben sufrir las menores consecuencias en estos casos, tendiendo a la custodia compartida siempre que no existan otros impedimentos conflictivos para la convivencia.
¿Cuántos tipos de divorcio existen?
Concretamente, existen tres tipos de divorcio, o dos tipos, y uno de ellos por dos vías. Por un lado está el divorcio por mutuo acuerdo, y dentro de este, está el de la vía extrajudicial, también llamados divorcios express, o por la vía judicial; por otro, el divorcio puramente contencioso.
¿Qué caracteriza a cada uno de ellos?
Divorcio express: se da cuando ambos cónyuges acuerdan solicitar el divorcio y lo hacen por la vía extrajudicial. Se pone en marcha gracias a la Ley de Jurisdicción Voluntaria. Se deben dar estas circunstancias: primero, que no haya hijos menores no emancipados o dependientes de los progenitores. Al menos tienen que haber pasado tres meses desde el enlace. Por último, para hacerlo legal, se debe presentar ante notario, el convenio regulador del divorcio.
Divorcio de mutuo acuerdo por vía judicial: puede darse la circunstancia de que a pesar de ser de mutuo acuerdo, haya que utilizar la vía judicial. Para proceder a este modelo de divorcio solo se precisa presentar la demanda y el convenio regulador. Después habrá de ser ratificado en el juzgado que corresponda. Esta modalidad posee una ventaja, y es que puede suponer un gran ahorro económico, al darse la circunstancia de que un mismo abogado tiene la potestad de defender a ambos cónyuges, y también, pueden ser representados por un único procurador.
Divorcio contencioso: por último, está el divorcio contencioso, de forma que en este caso, uno de los cónyuges presenta una demanda contra el otro. Al menos, ha de contener estas medidas: la guarda y custodia de los hijos, así como el régimen de visitas. También se establecerán las pensiones alimenticias y compensatorias, y el uso del domicilio familiar. En esa demanda aparecerá la disolución del régimen económico matrimonial y del patrimonio común. Cuando se tramite en el juzgado, este informará a la otra parte, que dispondrá de un periodo para contestar a la demanda y después se fijará fecha del juicio. Una vez celebrada la vista, el magistrado dictará sentencia y efectuará el divorcio, estableciendo las medidas que deben ser cumplidas por ambas partes.
Sin duda, este último es el que menos se recomienda, por la desazón que suele dejar, y porque no siempre quedan resueltos los conflictos más ligados a la moralidad, o al sentimiento de haber perdido, que se puede dar en ambas partes.
En cualquiera de los casos, contar con un buen servicio jurídico a través de un abogado, ayudará a que las condiciones del divorcio sean lo menos traumáticas y lo más beneficiosas posibles para los cónyuges.