Al igual como las personas que deciden ¿Dónde vivir, entre colinas, en el desierto y verdes valles? Pues dentro del mar sucede lo mismo. Los peces normalmente no se sienten atraídos por los aburridos arenales. Y su mayor satisfacción es vivir en huecos, rocas y cuevas, donde puede refugiarse y descansar. Por este motivo hace falta la orografía submarina en la vida.
Los arrecifes artificiales causan a su alrededor una vida submarina plena y solamente en un par de años desde su inmersión. Cerca de 40 países los están usando.
La actividad humana es la principal causa
En las zonas donde existían arrecifes, la actividad humana no ha dejado de degradarlos. La pesca, el turismo, el arrastre de redes, y la alta contaminación generan serios daños, sometiendo a gran presión la persistencia del mar. La capacidad que asume la naturaleza para reponer los daños ocasionados es muy pausada, y por eso hay que ayudarla a través de la creación de arrecifes artificiales que pronto se colonizaran de nueva vida. Para ello se consiguen usar diferentes elementos como barcos, embarcaciones de paseo, barcazas, o hasta aviones, siempre y cuando que estos sean previamente descontaminados de aceites y otros tipos de sustancias nocivas.
Al bucear es posible encontrar cualquier objeto para acoger nueva vida. Un neumático, una nevera, cualquier hierro que brinde huecos y espacios que sea un medio de protección.
El 70% del oxígeno que inhalamos a diario es generado por las algas marinas y el fitoplancton. Es de gran importancia este funcionamiento para el planeta.
Aunque muchos se pregunta ¿Por qué no hacerlo realidad y en condiciones que sean más controladas? A los meses de anclar las estructuras, estas comienzan a poblarse de pequeñas algas y diferentes pólipos, para después dar inicios a ser habitadas por grupos de peces de diferentes especies. Se debe tener mucha atención en el diseño y elaboración de los componentes que componen un arrecife artificial, pues existen formas que atraen vida animal, peces, algas, corales, moluscos, entre otros.
Finalmente, el arrecife artificial quedará cubierto de una abundante vida que es absurdo diferenciarlo de un arrecife natural, pues quedara mimetizado por las diferentes formas de vida que se desarrollaran y se adhiere en sus paredes. Existen domos elaborados en hormigón con hoyos que simulan las cuevas y con un aspecto muy natural una vez habitado por las diferentes formas de vida. No se verán muy geométricos, y los hoyos regulares perderán su atractivo, sin embargo, son perfectos para la vida acuática.