La avena es hoy uno de los cereales más consumidos a nivel mundial. Rico en proteínas, en hidratos de carbono, en vitaminas B, vitamina K, magnesio, zinc y calcio, está catalogado como uno de los mejores alimentos en cuanto a su aporte al organismo. Especial mención el aporte que tiene para el sistema digestivo.
Los problemas digestivos pueden producirse por casi cualquier razón. Están algunos problemas que son hereditarios, otros que se van adquiriendo con el tiempo, producto de malos hábitos o como consecuencia de otras enfermedades, etc. Y por la importancia que tiene el estómago y la digestión para la vida diaria, todo lo que sea de gran ayuda para tener mayor calidad de vida, poder comer lo que se desee y no sentir culpa por ello, es bienvenido, por eso, la avena puede ser de gran ayuda en ese sentido.
Diferentes formas de comer
La presentación típica de este cereal es la de las hojuelas de avena, que se pueden encontrar desde pequeños empaquetados, hasta grandes presentaciones destinadas a alimentar a una familia completa durante meses. Las hojuelas son la mejor forma de comer avena, puesto que es donde se concentran todas sus propiedades, ya que no han sido procesadas en absoluto.
Sin embargo, hay otras presentaciones que pueden ser de interés, sobre todo, para personas que ya están lidiando con problemas del sistema digestivo, como la harina de avena, que es mucho más ligera y versátil, o muchos otros alimentos que sin ser puros de avena, sí la contienen.
Esta versatilidad hace que cualquier persona, desde un niño hasta un anciano, pueda comer avena en diferentes modalidades, mediante diferentes tipos de platos. Esa sería también una primera ventaja de cara al sistema digestivo: que se puede comer en todo momento y siempre cae bien.
¿Por qué la avena es beneficiosa para el sistema digestivo?
Si bien la avena es recomendable para un sinfín de situaciones, fácilmente se le podría considerar como un súper alimento, de forma que realmente resulta interesante para combatir diferentes problemas o trastornos del sistema digestivo.
- Estreñimiento: gracias a su gran cantidad de fibra, la avena aumenta la rapidez del tránsito intestinal, lo que ayuda a combatir este terrible padecimiento.
- Saciedad: uno de los problemas asociados al sistema digestivo, es la obesidad o, sencillamente, comer de más. La avena -al igual que otros cereales-, aumenta la sensación de saciedad y disminuye enormemente la absorción de sustancias que puedan aumentar los niveles de glucosa y de colesterol malo en el cuerpo. Por esa razón, es uno de los mejores alimentos para combinar en el desayuno o como merienda.
- Gastritis: otra de las enfermedades relacionadas con la hinchazón e irritación del tracto digestivo. La avena es rica en mucílagos, que se encargan de suavizar las paredes del sistema digestivo, y de incentivar la producción de mucosa estomacal, principal protector de las paredes del estómago. Por esa razón, es uno de los alimentos que mejor puede combatir este tipo de irritaciones y ayudar a las personas que tienen el estómago delicado.
- Estómago siempre en óptimas condiciones: la combinación perfecta entre fibras solubles y fibras insolubles que tiene este cereal, hace que sea una de las mejores formas de mantener un buen estado del sistema digestivo, bien sea por depurar la flora intestinal, como por regular los niveles de mucosa y de jugos gástricos, al tiempo que también brinda señales de saciedad al organismo.
Aparte de todo lo anterior, al ser la avena rica en hidratos de carbono de absorción lenta, puede ser uno de los mejores alimentos para sentirse la mayor parte del día con altos niveles de energía, sin tener que recurrir a los azúcares y a las grasas. No obstante, y como es bien sabido, un único alimento puede marcar cierta diferencia, pero es necesario que se complemente con una dieta rica y equilibrada, y con una vida saludable en todo el sentido de la palabra, desde la hidratación y la alimentación, hasta el descanso y las actividades físicas.