El transporte inteligente es ya una realidad que demanda, de las administraciones, carreteras que respondan a las innovaciones que se han ido instaurando en las cabinas y que han cambiado la forma de afrontar este sector.
Desde que copan los titulares y, más aún si cabe, después del paro que acaba de sufrir el país y que ha puesto en jaque la cadena de suministro, es el momento de poner el foco en las mejoras que se necesitan para dar un paso cualitativo también desde el ámbito de la infraestructura pública.
“Mejoras como las dash cams, la geolocalización o incluso el registro de horas de conducción han mejorado en el papel las condiciones de quienes se dedican al transporte. Pero falta, en realidad, una de las partes básicas: que las carreteras estén también preparadas para ser vías inteligentes que mejoren la seguridad, la experiencia del conductor y la optimización de los recursos. Y en este campo, queda demasiado aún por hacer” explican desde el sector.
En este sentido, desde el MITMA (Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana) ya están en el camino de la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030. Entre los nueve pilares en los que se trabajaran, la movilidad inteligente es una de las más relevantes ya que permitiría no solo reducir los costes de las infraestructuras desde el mantenimiento predictivo, la gestión inteligente de carriles, la categorización de las carreteras o la gestión de viabilidad.
Optimización de recursos y seguridad: el objetivo de todas las partes
La inversión privada en las flotas de transporte ha sido vital para poder hablar de la evolución y, por qué no, revolución del transporte de tierra.
Gracias a todos los avances que han venido de la mano de las nuevas tecnologías, las cabinas se han convertido en grandes centros de datos que han permitido a las compañías no solo tener un control en tiempo real de lo que sucede en las rutas sino el análisis de datos que han permitido tomar decisiones para mejorar sus resultados.
Basta echar un vistazo con tres detalles:
- Seguimiento vía GPS: ha permitido mejorar considerablemente las rutas, optimizando los trayectos para que el vehículo no vaya vacío y consiga evitar kilometraje. Gracias precisamente a la localización, se pueden también reorientar los vehículos en caso de que haya accidentes, restricciones de tráfico o incluso atascos.
- Cámaras Dash: Gracias al uso de estos dispositivos se ha conseguido una doble seguridad. Por un lado, gracias al enfoque en la carretera ha permitido registrar cualquier incidencia en carretera, pero, también al conseguir, cumpliendo siempre los requisitos de la ley de protección de datos, asistir al conductor gracias al reconocimiento facial y a la IA a tener avisos por distracciones.
- Finalmente, todo lo que se puede monitorizar hoy en día con los dispositivos inteligentes en la cabina, incluyendo la temperatura de la carga, el tiempo de conducción, la velocidad media, etc. La información que se consigue de todo esto permite revisar la forma de optimizar el consumo de gasolina, la mecánica del vehículo…