Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Alicante y de la Politécnica de Madrid (UPM) aseguran que el estilo de vida del mundo entero es cada vez menos dinámico desde que empezó 1960. A esta conclusión han llegado después de analizar millones de encuestas de distintos puntos del planeta sobre la gestión del tiempo.
La gestión del tiempo es la manera en la que un individuo organiza su vida de la mejor posible. No solo se centra en la jornada laboral y la productividad, sino que engloba los aspectos personales de cada persona, ya sean lúdicos, sociales, familiares o de cualquier ámbito.
Si esta afirmación se remontara a hace 3 años, las razones podrían ser claramente económicas. La inflación, el bajo poder adquisitivo y la crisis han hecho que muchos ciudadanos tengan que recurrir a préstamos rápidos sin papeleos para cosas antes impensables (pagar facturas, comprar básicos…) relegando al ocio, principal responsable del dinamismo, a un segundo plano.
En los tiempos que corren, atribuir esa falta de dinamismo al hecho de que la población se ve obligada a apretarse en cinturón no es ir mal encaminado. De hecho, las salidas a comer o cenar fuera de casa se han visto reducidas de manera intensa desde que se disparó el precio de la electricidad.
La importancia del índice del estilo de vida
La investigación habla del índice de dinámica de estilo de vida (LDI), un referente para saber cómo es el estilo de vida de los entrevistados en función de su gestión diaria del tiempo. De hecho, la UPM detalla que desde 1960, las personas realizan más acciones repetidas en lugar de incorporar aspectos nuevos a su día a día.
Esta tendencia se mostró tanto en los Países Bajos, como en Reino Unido, España y Estados Unidos. Este índice de estilo de vida, del que se hace eco la agencia SINC, puede convertirse en una herramienta muy válida para tomar decisiones sociales, domésticas y económicas de interés, como por ejemplo el consumo de energía en las casas o la salud pública.
De hecho, el término LDI se ha usado para llevar a cabo importantes estudios ambientales y familiares en los que importaba saber cómo evolucionaba el estilo de vida con el paso del tiempo. En definitiva, esto implica saber qué tipo de vida llevan las personas.
Búsqueda del bienestar
En la investigación mencionada, publicada en la revista Socio Economic Planning Sciences, el LDI se aplica a dos tipos de encuesta (Americab Time Use Survey y Multinational Time Use Study) y ordena las actividades de 0 a 100. En el 0 se coloca aquel estilo de vida que solo hace una actividad diaria y en el 100 donde se hacen todas.
El índice indica la posición que tiene un día cualquiera en un país y lo cataloga de más tranquilo a más caótico. Según Raúl G. Sanchis, uno de los autores, en el caso concreto de España, solo se dispone de 2 encuestas nacionales de uso de tiempo y excluye datos de 2008 y 2009.
El índice se irá haciendo más poderoso a medida que se publiquen más datos acerca de las entrevistas sobre cómo usa la población el tiempo en todo el mundo. Su uso podría aplicarse a la política socioeconómica y a la búsqueda del bienestar, tal y como asegura el mismo Sanchis.
Estados Unidos es el único país en el que se toman estos datos con carácter anual. De hecho, en el siglo XXI refleja una caída con respecto a la década comprendida entre el año 2003 y el 2012. La caída anual se observó desde que empezara el año 2008.
Aunque la rutina aporta tranquilidad a muchas personas y hace que los niveles de estrés no se disparen, caer en la monotonía puede ser perjudicial a largo plazo. Esto es más acusado si los motivos para no poder incorporar actividad a la vida diaria son estar pasando por dificultades económicas.