El mundo de las inversiones es uno de los mercados más interesantes en nuestra sociedad. La economía mueve el mundo a escala global y, en el ámbito particular, todos y cada uno de nosotros buscamos la forma de escalar en relación con el poder adquisitivo. Ante tal realidad, no hay nada tan satisfactorio como analizar las nuevas opciones de inversión, siguiendo así la estela de los grandes expertos. Un ámbito comercial en el que los ETF o fondos de inversión no cotizados, ya están empezando a resonar con mucha fuerza, por eso, nada como estudiar en qué consisten estos fondos y cuáles son sus ventajas.
Definición de los ETF y diferencias con los fondos de inversión no cotizados
Quienes participan en el sector de las inversiones de forma activa ya se han familiarizado con lo que son los ETF, así que si no te quieres quedar atrás, toca actualizar tus conocimientos económicos. Tal y como indican sus siglas en inglés (Exchange Traded Funds), los ETF son los fondos de inversión cotizados, es decir, que se negocian en mercados de valores secundarios. De este modo, las participaciones no se suscriben y reembolsan a valor liquidativo, sino que todo ocurre en un mercado inferior, al igual que las acciones y los bonos.
El origen de los ETF se remonta a inicios de la década de los 90, en la Bolsa de Toronto, donde se crearon fondos cotizados que emulaban los índices bursátiles. De este modo, se simplificó en gran medida el proceso de inversión, haciendo que muchas personas pudieran comprar acciones sin mayor problema. No obstante, en Europa no llegaron hasta el año 2000 y, en España, aterrizaron en 2006. Por eso, ahora que ya ha pasado más de una década desde que vieron la luz, es el momento de tenerlos en mente de cara a hacer inversiones.
Si los comparamos con los fondos de inversión no cotizados, pronto nos percatamos de esta simpleza de la que te hablamos. Una oportunidad de inversión en la que no hay que sumar 100 participantes para la constitución de los fondos, donde la sociedad gestora queda eximida de presentar el folleto simplificado o el último informe trimestral. A su vez, cabe comentar que no están sujetos a los coeficientes de liquidez del 3% de los fondos comunes. Diferentes características que, sumadas a las que comentamos a continuación, resultan de gran interés.
Características y ventajas de los ETF
Para entender bien cómo se comportan los fondos de inversión cotizados, lo mejor es analizar todas y cada una de sus características. En este sentido, destaca el hecho de que replican estrategias útiles, siguiendo así la evolución de un mercado en particular. Asimismo, también son fondos inversos, estudiando dicha evolución desde otro prisma, para ofrecer una información tan real como eficiente. Por último, suelen ser unos fondos apalancados, puesto que replican dicho índice bursátil en una proporción concreta.
Teniendo esto en cuenta, toca hablar de las ventajas de invertir en los ETF en lugar de los fondos de inversión no cotizados. La primera de ellas es, con total seguridad, la sencillez de hacerlo, pudiendo comprar cestas sin dificultades ni comisiones. De igual forma, hablamos de una opción comercial verdaderamente rentable, similar a las del mercado primario, pero sin el esfuerzo y el tiempo que se necesitaría en los fondos no cotizados. Asimismo, no podemos dejar de hablar de la diversificación de la que disfrutamos, evitando riesgos sin llegar a perder el buen rendimiento de la inversión. Por último, hablamos de fondos que podemos valorar en tiempo real, con una gestión activa de trading, repartiéndose en ciertos casos en dividendos para crear así estrategias sofisticadas.
Como bien has podido observar, estamos ante uno de los recursos más relevantes en el mercado económico actual. Son muchas las personas que se han lucrado gracias a los fondos de inversión cotizados, por lo que si quieres participar de este mercado, nada como dejarte asesorar por los mejores expertos en la materia.