Planificar una boda es una labor que puede ser tan encantadora como agobiante. Si recuerdas las veces que has asistido a una de estas celebraciones, seguramente te llenas de sensaciones agradables, sonrisas e imágenes hermosas. Lo que no imaginas es todo lo que hay tras los telones.
El equipo encargado de hacer realidad esta magia trabaja duramente, muchas veces con hasta dos años de antelación para que cada detalle sea perfecto. Elecciones que van desde el color de la decoración hasta el mejor presupuesto para la comida y el brindis, son parte de las muchas que pasan por las manos de la organizadora de bodas, antes de llevarles a los novios las mejores opciones para que puedan decidirse.
Esta es la principal razón de que en México y en otros lugares del mundo, se contraten a estos profesionales. De esta manera, los agasajados aseguran una noche inolvidable que marcará el principio del resto de sus vidas, en una nueva etapa en la que todos les dan sus mejores deseos.
¿Qué hace una organizadora de bodas?
Un organizador de bodas tiene una visión integral y experimentada que pone a disposición de los novios para que nada quede por fuera. El camino inicia cuando le cuentas lo que deseas para el gran día, entonces fluyen las ideas y sin darte cuenta ya comenzó la planificación.
Mientras te escucha ya esta profesional en organización de eventos especiales ha tomado nota de los posibles lugares, el fotógrafo y la música y además, tiene algunas ideas para la decoración. Entre sus sugerencias descubrirás cientos de detalles que no habías pensado hasta el momento, pero sin que tengas que angustiarse por ello, ya que todo estará en sus manos, si así lo deseas.
Una vez que ya han conversado acerca de lo que sueñas para tu boda perfecta, comienzan las negociaciones con los proveedores. Esta es una de las partes más difíciles de planificar una boda, y tú no tendrás que ocuparte de ello en absoluto.
Buenos presupuestos para la boda ideal
Una vez que la organizadora de bodas ha encontrado las mejores opciones, invita a los novios a algunas degustaciones, visitas de lugares e incluso a reuniones con fotógrafos y músicos para trabajar el gran día. Todo siempre cuidando del presupuesto que se ha acordado previamente, e incluso puede que descubras algunos ahorros adicionales.
A estas alturas seguramente te estarás preguntando cómo afecta tu presupuesto la contratación de una organizadora de bodas. La respuesta es que es menos costosa de lo que podrías pensar, especialmente ya que al conocer los manejos del mundo de los eventos, te ahorras mucho, logrando los mejores acuerdos y contrataciones, por lo que se suele decir que “se paga sola”.
Esto sin dejar de mencionar que la tranquilidad de disfrutar de las mejores partes de la planificación de la boda, sin estrés, no tiene precio.
¿Estará la organizadora el día de mi boda?
A pesar de que se recomienda altamente la contratación de un coordinador de bodas para que dirija las actividades el día de la celebración, una buena organizadora de bodas estará presente. Recibir los arreglos florales, velar por que la decoración sea perfecta, que la comida esté a tiempo, todo estará también bajo su responsabilidad, por lo que trabajará en equipo, mano a mano, con el coordinador.
Por ello, se recomienda que la relación con la organizadora de bodas se inicie con al menos uno o dos años de antelación a la fecha prevista, y un mes antes con el coordinador. Muchas veces, los lugares que se eligen para la celebración ya cuentan con el personal que asumirá este último rol, lo que representa una ventaja.
¿Qué sucede si tengo algo de planificación adelantada?
Es muy común que los novios ya tengan algunos planes e incluso adelantos en la planificación de su boda, antes de llegar a la contratación de una organizadora. Esto es igualmente una gran oportunidad, ya que estaría adelantada una importante parte del trabajo y se puede hablar de una planificación parcial.
En este caso, el planificador ofrecerá sus conocimientos para dar recomendaciones y completar o mejorar la visión de los novios, perfeccionando el evento. Así, el gran día queda asegurado y los buenos recuerdos garantizados.
